El clima y el vino
El clima es el factor fundamental que permite la elaboración de vinos de calidad y que marca su personalidad. La vid necesita calor durante un período prolongado para madurar convenientemente las uvas y la luz solar es necesaria para la fotosíntesis que alimenta la planta.
Las grandes regiones vitivinícolas mundiales se localizan en zonas en la Zona Templada de la Tierra, distribuidas en dos zonas:
- Hemisferio Norte: entre el paralelo 32º y el 51º de latitud
- Hemisferio Sur: entre los paralelos 28º y 42º de latitud
Dentro de las zonas templadas, cuanto más cerca nos encontremos de los Trópicos el clima es más cálido y cuanto más lejos, más fresco.
En los climas más cálidos, el clima suele ser más estable. Las uvas maduran más y por tanto tienen mayor nivel de alcohol y menos acidez, suelen ser viñedos más grandes y habitualmente mecanizados, con grandes producciones. Son zonas en las que se suele elaborar con mezcla de variedades y técnicas enológicas como las crianzas en madera. Aquí el principal riesgo es que los vinos se queden planos de acidez y por tanto pesados.
En los climas más fresco los principales problemas son no alcanzar las maduraciones necesarias y las heladas, que pueden arruinar cosechas completas. Los vinos son menos alcohólicos y con acideces elevadas. Son vinos que presentan un elevado factor añada y cuyas producciones son mucho más reducidas, con precios más elevados. Son zonas perfectas para la elaboración de blancos y espumosos, ya que los perfiles se basan en la fineza y elegancia del vino.
El Clima de la Región de Champagne
La región de Champagne se localiza al límite de la zona de cultivo mundial, entre los paralelos 49º y 49,5º del hemisferio Norte. Esta localización genera un clima extremo para la elaboración de los viñedos con sus pros y sus contras: una viticultura realmente compleja con muchos riesgos gracias al cual se obtienen unas uvas con una elegancia y finura excepcional e irrepetible.
En la región hay una doble influencia climática: oceánica y continental, algo que solo ocurre en Champagne y que lo diferencia de las otras regiones productoras francesas.
El clima oceánico provoca:
- Temperaturas suaves durante todo el año, con una temperatura media de 10.5ºc y poca diferencia invierno-verano
- Pluviometría constante pero moderada durante todo el año (675 de media anual)
- Escasa irradiación solar pero suficiente para la maduración, 1650h de sol de media anual (Borgoña 1910 y Burdeos 2069)
La influencia continental marca mucho, ya que provoca:
- riesgos de heladas invernales (-10ºc) que puede destruir la cepa
- riesgos de heladas primaverales en el momento de brotación, que puede destruir la cosecha
- riesgo de tormentas en verano por subida drástica de temperatura.
Impacto del clima en los Viñedos: desafíos climáticos en Champagne
El clima anteriormente descrito favorece el desarrollo de la vid en Champagne: hay buena insolación para la maduración de la uva y hay suministro de agua durante todo el año, si esto lo unimos a que los viñedos están mayoritariamente en laderas (mayor exposición al sol), obtenemos unas uvas con un equilibrio de azúcar y acidez perfecto para elaborar vinos espumosos.
Sin embargo, no todos los años son iguales, y la influencia continental provoca, además de muchos riesgos de pérdidas de cosecha, que el efecto añada sea mucho más evidente que en cualquier otra región vitivinícola. Esta es la causa principal de que en Champagne la elaboración más usual combine vinos procedentes de distintas añadas, para mitigar el “efecto añada” en la personalidad de la marca, relegando solo a aquellas añadas excepcionalmente buenas para la elaboración de Millesimé (champagne elaborado de una única añada)
Este clima suave y húmedo es un gran causante también de muchas enfermedades en el viñedo, que provocan pérdidas en cosechas. En Champagne por tanto hay pocas posibilidades de viñedos ecológicos (haberlos hailos) y se está desarrollando un gran trabajo para la minimización de empleo de sistémicos en el terroir.
Adaptaciones y técnicas de viticultura en Champagne
Siendo conocedores de las dificultades a las que se llevan enfrentado los viticultores históricamente, han ido adaptando su viticultura para minimizar los riesgos en el viñedo. La viticultura requiere de un saber hacer del viticultor, su conocimiento del terroir y experiencia son claves:
- Seleccionar el momento perfecto de la poda, permitiendo el descanso necesario de la vid
- Decidir qué “chupones” se eliminan en el desbrote para aprovechar lo mejor posible la savia
- Estructurar correctamente la viña para la exposición del follaje y la aireación de los racimos
- Eliminar el exceso de follaje que compita con los racimos (poda en verde)
Debemos con todo ello lograr la mejor exposición del follaje y ventilación de los racimos para evitar las posibles enfermedades.
Para mitigar el riesgo de las heladas primaverales, se desarrollan nuevas técnicas como los calentadores de parafina. Se basa en distribuir a lo largo del viñedo lámparas/candelas de parafina que se encienden por la noche para generar calor cerca de la vid y evitar así la congelación de la planta. Además de una herramienta totalmente eficaz, genera un paisaje precioso en las frías noches de primavera de Champagne.
El Cambio climático y su efecto en Champagne
El cambio climático es una realidad y su efecto en la viticultura mundial está siendo más que evidente. La región de Champagne no es una excepción, los cambios en las temperaturas y en la pluviometría están cambiando los perfiles de los vinos que se elaboran.
Las temperaturas se han elevado una media de 2ºc con respecto a principios del siglo XX y las temperaturas extremas lo son mucho más. No es extraño encontrarnos con algún día en verano con temperaturas superiores a los 40ºC.
Esto eleva el nivel de alcohol de las uvas, reduce su acidez e incluso se llega al extremo de que a veces algunos racimos se pierden por quemarse o pasificarse.
Los viticultores son conscientes de esta realidad y están modificando sus técnicas de viticultura, intentando proteger los racimos del sol minimizando el despunte y deshojado, así como plantando menos plantas por hectárea (reducir la densidad de plantación)
Otra de las herramientas que se plantea en los viñedos es recuperar otros varietales autóctonos que se abandonaron en su momento por su dificultad para madurar (petit meslier, arbane…)
Pero el cambio climático también tiene su efecto en las técnicas de elaboración:
- con vinos más alcohólicos la manera añadir azúcar para la segunda fermentación, tiraje y dosaje cambia por completo, tenemos azúcar natural suficiente.
- con vinos con menos acidez hemos de ser prudentes con el dosaje para conservar el equilibrio, la tensión y el frescor y no elaborar vinos pesados y/o planos.
Otra de los efectos del cambio climático en la enología de la región de Champagne es la nueva moda que retoma la elaboración de los vinos tranquilos que eran tan afamados en la Edad Media: los Coteaux Champenois
Champagne, la uva más cara del mundo
Después de todo lo explicado anteriormente, parece más que razonable por qué Champagne es región vitivinícola del mundo donde más cara es la uva. Los riesgos derivados del clima (pérdidas totales/parciales de cosechas), la intensidad y la cantidad de trabajos que el viticultor ha de desarrollar en viñedo (todos ellos manuales) son claramente diferenciadores de otras regiones.
Pero todo ello también provoca vinos totalmente únicos, como Champagne rosé La Société, te animamos a que enfríes una botella y disfrutes de ella mientras lees este post o cualquier otro de nuestro blog. La Sociedad, creando momentos únicos.